martes, 1 de febrero de 2011

Cuberto/s


1 comentario:

Anónimo dijo...

Si ver Galiza es como ver El Paraíso; mirarla mientras se escucha su dulce, tierna, envolvente y profunda voz, es como escuchar allí al mismísimo Dios. ¡¡¡QUÉ BELLO!!!